miércoles, 23 de octubre de 2013

El interior de la Ermita de la Virgen de la Aliaga

El interior del templo nos ofrece una sensación de grandeza al adentrarnos en él; nos encontramos ante un espacio unitario y rectangular de grandes dimensiones.

Interior del Santuario de Nuestra Señora de la Aliaga

En su composición encontramos una nave central y dos colaterales de la misma altura; dichas naves están divididas hasta el crucero en otras tres transversales. El crucero o transepto es otra nave de la misma anchura y altura. Continuando el crucero la nave central se prolonga un tramo más, dando lugar a un ábside rectangular.

Interior. Visto desde el coro elevado

La nave central se cubre con bóveda de arista, y las laterales con bóveda de medio cañón y lunetos. En el crucero se alza una cúpula rebajada y ciega que pasa de la planta cuadrada a la circular por medio  de pechinas.


Interior. Visto desde el Camarín de la Virgen

En alzado, las tres naves del templo se hallan separadas entre sí por medio de pilares de sección cuadrangular, seis en total. Pilares que reciben el peso de las bóvedas a través de los arcos fajones. Un bosque de pilares y arcos.

Interior. Nave lateral

Todas las paredes y bóvedas están enlucidas con una capa de yeso. Después del enlucido el templo fue pintado al temple en el año 1963. Los resaltes apilastrados y el intradós de los arcos fajones están pintados de color gris claro. Los capiteles y los lienzos de las bóvedas son de color blanco. El entablamento es de color gris oscuro. Las paredes del templo son de color ocre.


Interior. Nave central

El templo tiene diez ventanas rectangulares y dos pequeños oculos en la pared de los pies. Aparecen orladas por una moldura mixtilinea, haciendo juego con toda la decoración que se dispone alrededor del templo.


Interior. Crucero

El pavimento colocado en 1920 por iniciativa de Santiago Guallar y con la colaboración de los pueblos que componen la Cofradía de la Virgen de la Aliaga es de baldosa hidráulica. 

Capitel

Las pilastras están coronadas por tallados y barrocos capiteles pertenecientes al orden compuesto. Estos capiteles vienen ornamentados con motivos vegetales de hojas de acanto, una fila de ovas y perlas, dos grandes volutas, y una rosa.

martes, 15 de octubre de 2013

Los Mantos de la Virgen de la Aliaga

Los Mantos son una expresión de la devoción a la Virgen de la Aliaga. La pequeña colección de mantos que posee la Virgen forman parte del patrimonio material del Santuario de Nuestra Señora de la Aliaga.

Manto rojo bordado 


La costumbre de adornar con mantos la Imagen de la Virgen hay que buscarla en el Barroco, siglo XVII. La talla de la Virgen de la Aliaga no fue concebida en su origen para ser vestida, sin embargo, con la llegada del estilo ornamentado del Barroco se comenzó a adornar la Imagen con ricas telas y joyas. El manto simboliza la "Realeza de María y la protección maternal que dispensa a sus hijos". 
La noticia más antigua que tenemos sobre los mantos de la Virgen de la Aliaga es de 1786, Fray Francisco de San Juan en su "Novena a la Santisima Virgen de la Aliaga" ya nos habla de la costumbre de adornar la Imagen con mantos. "...regularmente esta cubierta con su manto, se oculta el Niño, y de la Madre solo se descubre el rostro...".
Las estampas de Nuestra Señora de la Aliaga también nos ofrecen la Imagen de la Virgen cubierta con mantos.

Manto de terciopelo negro bordado en oro


Actualmente la Virgen de la Aliaga posee 7 mantos. La mayoría son ofrendas de particulares, o donaciones mediante suscripción popular. Los mantos recogen los sentimientos de los donantes, sus ilusiones, sus preocupaciones y sus agradecimientos. Son una expresión de amor, devoción y acción de gracias.

Manto azul de brocado dorado


Los mantos también tuvieron la misión de acompañar a los enfermos. 

Manto azul bordado con hilos de seda

Las piezas de mayor valor artístico e histórico, mantos salvados milagrosamente de la destrucción de la Guerra Civil, son tres.  

Manto bordado en oro

Manto azul de seda con bordados en hilo de oro

 Manto de seda pintado a mano

La Virgen de la Aliaga con uno de los mantos
 que se salvaron del expolio de la Guerra Civil.


La Virgen de la Aliaga en su visita a Muniesa el pasado Julio con motivo del año mariano fue obsequiada con un nuevo manto túnica.

Manto de brocado dorado